miércoles, 27 de julio de 2011
Claridad sin descanso
Esta es la edad de hierro en la garganta. Ya.
Te habitas a ti mismo pero te desconoces; vives en una
bóveda abandonada en la que escuchas tu propio corazón
mientras la grasa y el olvido se extienden por tus venas y
te calcificas en el dolor y de tu boca
caen sílabas negras.
Vas hacia lo invisible
y sabes que es real lo que no existe.
Retienes vagamente tus causas y tus sueños
(aún conservas el olor a los suicidas).
te alimentan la ira y la piedad.
Queda poco de ti: vértigo, uñas
y sombras de recuerdos.
Piensas la desaparición. Acaricias
la tiniebla cerebral, bajas al hígado calcinado por la tristeza.
Así es la edad de hierro en la garganta. Ya
todo es incomprensible. Sin embargo,
amas aún cuanto has perdido.
Antonio Gamoneda. Arden las pérdidas (2003)
lunes, 18 de julio de 2011
Fluir
Alguien me dijo: "Tú fluyes".
Yo dije: "Fluyo como la poesía"
Fluyo al instante
alzo los brazos
propago corrientes acuosas
Proyecto en dos direcciones
arriba, abajo
en una vertical
mis pies tocando el suelo
Confluyo al fin
en otras corrientes
con otras corrientes
Quiero decir desemboco
en lugares inciertos
Etiquetas:
corrientes acuosas,
fluir,
poesía
viernes, 8 de julio de 2011
El Grito
piel escarchada
ojos cerrados como huevos,
nadie dijo que fuera vida
Gritas mi nombre
Resurrección desesperada
de mi callado
pienso en un grito
que no oigo
Gritas mi nombre
Acostada
en esta opacidad
la cáscara rompiéndose
amaneciendo un nuevo día que no es
Gritas mi nombre,
se te escapa desalentador
Nadie dijo que fuera vida.
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