domingo, 20 de noviembre de 2011

Piscis bar

Entrar en el rojo,  las lentejuelas,
luces parpadeantes
David Lynch en un bar

Almodóvar en una camarera
labios carmesí, ojos raya azul galaxia
escote desgastado

Conversaciones quentes
mientras: “you’ll think I’m dead, but I sail away
on a wave of the mutilation"

Y las gotas de la mutilación fuera
en las pestañas y el cigarro




martes, 15 de noviembre de 2011

Pequeña autobiografía onírica


No sé que me pasa últimamente que por las noches sueño mucho, tanto si duermo somníferamente como si padezco insomnio intermitente.
Sueño con imágenes vívidas, tan vívidas que incluso puedo llegar a confundir levemente aspectos de mi realidad con el mundo imaginario que me aguarda por las noches. A veces, durante la vigilia, pregunto a mi alrededor cosas como: Si hombre, si me dijiste aquello…. o No te acuerdas que tú… A lo que las personas a las que me dirijo me miran con extrañeza ante mis “invenciones” (para ellos así lo son) y es cuando les digo Ay, quizá lo he soñado. Tal es así que se ha vuelto una coletilla casi enfermiza e impermeable en mi mar dialéctico.
Ahora tengo una nueva libreta donde apunto los recuerdos de mis sueños para así evitar las mayores confusiones posibles (que no son tantas); y digo recuerdos porque narrar un sueño completo no es una tarea apta para el estado consciente.

La mayoría de veces sueño en color, predominando el azul sobre el negro o lo oscuro, y el negro predominando sobre la tipología restante; aunque a veces no recuerdo los colores porque se asemejan demasiado a la realidad.

12/09/11. Las paredes tienen unos tonos azules increíbles, aquí un tono azul marino, aquí un tono azul turquesa. Entro en el baño nerviosa esperando algo. El baño, a diferencia de la decoración modernista que envuelve el edificio entero, es de diseño moderno, muy minimalista y diminuto. Alguien me tiene que llamar. Se lo digo a mi amiga Marisa y le cuento que me tiene que llamar Pedro, la primera persona que me dejó. Saco el móvil. Le digo a mi amiga que es nuevo porque tiene Internet pero en apariencia es muy antiguo, incluso tiene la pantalla en blanco y negro. De todas formas a mí me gusta.
Vuelvo a concentrarme en la llamada esperada, bajo las escaleras y me lo encuentro allí, rozándome con su hombro en un rellano estrecho.

Muchas veces tengo sueños oscuros, viscerales o misteriosos en los que sólo aparezco yo pero siempre hay otro que intenta hacerme algún daño o viceversa. Sueños de sangre o de agitación psicológica en lo oscuro.

10/09/11. Podría estar en un bosque totalmente a oscuras de no ser por la luz tenue de la luna. En medio del bosque pasa una carretera. Yo me mueve entre el bosque y la carretera, de todas formas en paisaje no está bien definido. Sólo puedo verme a mí con los ojos muy abiertos, asustada y preocupada porque tengo la sensación de que alguien quiere atraparme. No paro de moverme de un lado hacia otro, huyendo de aquello que me persigue hasta que siento una desesperación inmensa por despertarme y es entonces cuando entro dentro de un sueño en el mismo sueño y tumbada en la cama intento despertarme con el dedo índice y pulgar a modo de pinza para separar el párpado de un ojo y así abrirlo. En este sueño estoy igualmente a oscuras y vuelvo a sentir la intranquilidad de alguien que me persigue para hacerme daño. Puedo notarlo cada vez más cerca, cada vez más…hasta que siento su mano en mi brazo. Quiero chillar de pánico para que alguien me ayude a poder despertarme. Estoy aterrorizada porque estoy convencida del mal que me aguarda. Me despierto de golpe (esta vez de verdad) con la sensación de no querer volver al sueño, de no querer volver a la muerte.

Otras veces mis sueños adquieren ya no un matiz narrativo sino más bien un matiz sensitivo. Me explico: el punto central del sueño es el tacto o la audición. Me he despertado innumerables veces con la sensación de una caricia o de un beso o con el eco de algún sonido que permanecía en mi sueño, normalmente un grito o una voz muy alta.  

22/07/11. Estoy durmiendo y me besas como sueles hacer, dulce y tranquilamente. En ese instante me percato levemente de tus labios y los resigo con la comisura de los míos hasta que caigo en el beso correspondido. Es un momento ínfimo pero hace que me despierte a medias y, entre ese paréntesis que va de lo irreal a lo real, pienso en la posibilidad de que me hayas secuestrado o de que hayas llamado a la puerta de mi casa para tumbarte junto a mí y despertarme con tus suaves labios. Me despierto definitivamente, aún con la imagen vívida de tu media sonrisa al entreabrir los ojos y con el calor de tu cuerpo tendido junto al mío. Pero no estás y eso es algo triste.

Hasta aquí los en los sueños ejemplificados interactúo con personas conocidas aunque en ningún momento las he nombrado aquí, a excepción del primer ejemplo, en que he cambiado los nombres reales por nombres ficticios. No obstante, hay a veces en que me sorprendo de las personas que salen en mis escenarios oníricos, personas conocidas con las cuales no he hablado nunca o personas que directamente me invento. Como la vez en que ayudé a recoger un punto del libro a una chica que he visto solo tres o cuatro veces o cuando me encontraba en un autobús con un conflicto entre morenas y rubias, todas desconocidas, que no paraban de insultarse.

De todos modos, esto no es lo más extraño. Lo más extraño es cuando duermo, sueño y dentro del sueño, sea donde sea donde me encuentre, siento la pesadez de la somnolencia, es decir, me duermo dentro del sueño de una manera casi narcoléptica con lo que la narración onírica se ve interrumpida por mi “desfallecimiento” y la lucha por intentar levantarme y seguir con el sueño.

He tenido más sueños pero no quiero extenderme. Con todo, a veces me pregunto si los sueños me guían o me hacen pensar de una determinada manera para actuar o si todo son residuos a posteriori de recuerdos, memorias, aprendizajes o deseos (de todo lo que nos envuelve), es decir, como cita Siri Husvedt en “Elegía para un americano”: “Los sueños son una parca síntesis del mundo que nos rodea”.
Algunos teóricos como Freud o el psicoanálisis mismo han intentado comprender el mundo onírico como respuesta a aquellos deseos o miedos que están reprimidos pero en la realidad, nadie sabe exactamente de donde provienen los sueños y qué función tiene el subconsciente/inconsciente, convirtiéndolo en la incógnita estrella de nuestro cerebro.

A mí me gustaría pensar que los sueños son como una especie de ejercicio mental que desarrolla la imaginación consciente de una manera más vívida o, todo lo contrario, que es la imaginación consciente la que consigue las imágenes que pueden llegar a ser casi alucinatorias en los sueños. De ahí mi teoría del vínculo sueño-imaginación que también puede ir ligado a otras actividades como a una la memoria y el aprendizaje.

No se si nada de esto es cierto, de lo que pienso o se dice sobre los sueños, pero eso me enseñaron ellos: todo puede ser una invención absurda y delirante. 

miércoles, 2 de noviembre de 2011

La charla

¿Decir esto o aquello
hubiera servido?
Existen ojos y gestos
en la cerveza
para verter el intermedio silencioso

martes, 1 de noviembre de 2011

De "Soy vuestra voz" (2005), antología poética de Anna Ajmátova.



ÚLTIMO BRINDIS

Bebo por la casa destruida,
por mi vida terrible,
por la soledad entre los dos
y por ti yo bebo.
Por la mentira de los labios traicioneros,
por el frío mortal de los ojos,
por el mundo brutal y tosco,
por lo que Dios no salvó.

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(Sin título)

Pero les advierto
que vivo por última vez.
Ni con golondrinas ni arce,
ni con bambúes ni estrellas,
ni con el agua del manantial,
ni con tañido de campana
sorprenderé nuevamente a la gente,
ni volveré a visitar sueños ajenos
con gemido intranquilo.

(Ciclo el año 1940)