jueves, 29 de abril de 2010

Live or die, but don't poison everything...


En estos días soleados me he acordado de Anne Sexton (1928-1974), una mujer que adoraba al sol, y he estado repasando algunos de sus poemas en “Vive o muere”, poemario que escribió de 1961 a 1966. Como el título del libro indica, éste es una lucha, la mítica lucha de Eros y Tanathos, una especie de fuga que contrasta el deseo de vivir con el de morir. A lo largo de los poemas se refleja esta angustia que mantiene a la poeta y al lector en un estado de tensa contradicción. Pues Anne Sexton vivió una vida llena de contradicciones que la llevaron a varios psiquiatras.
En su infancia ya podemos vislumbrar acontecimientos que la llevaron a dicha turbación: un padre alcohólico que abusaba de ella y una madre que controlaba de manera exhaustiva sus intestinos y que revisaba su vagina separándole las piernas y hablándole de lo que era correcto y lo que no. Como escribe en un poema:

“Hablaré de las pequeñas crueldades de la infancia, (…)
de las humillaciones de cada noche cuando Madre me desnudaba,
de la vida durante el día, encerrada en mi habitación…”


Alejada sentimentalmente de sus padres Anne encontró su trozo de consuelo en su tía-abuela Nana, a la que llamaba su gemela, pero fue separándose de ella a medida que avanzaba hacia la pubertad, lo que hizo que se sintiera tremendamente culpable cuando Nana sufrió un grave deterioro mental y murió. Escribe en su diario: "Nana perdóname, perdóname, perdóname.”
La vida amorosa de Sexton tampoco fue fácil. Se casó con Kayo para tener hijos ya que ella siempre creyó que tenerlos sería como una respuesta a sus problemas. Así pues, en 1953 nació su primera hija, Linda y dos años después nació Joyce. Después del segundo parto sufrió una depresión post-parto y empezó a temer quedarse sola con las niñas, temor que le llevó a agredir a su hija Linda. Aún yendo al psiquiatra la cosa no fue a mejor. Cerca de su cumpleaños Anne intentó suicidarse con una sobredosis de Nembutal. A partir de este momento no pudo hacerse cargo de sus hijas, como dijo a su psiquiatra: “yo quiero ser hija, no madre”.
Anne acudió a varios psiquiatras por sus continuas depresiones y, fue a la edad de 28años, cuando vio un destello de luz: empezó a escribir. “Hasta los 28 años tenía una especie de yo enterrado que desconocía si sabía hacer algo más que salsas y cambiar pañales…Era una víctima del sueño Americano, el sueño de la clase media y burguesa…La superficie se rompió cuando estaba a punto de cumplir 28 años”. Dotando de gran importancia al inicio de sus escritos Anne los llamó como su segundo nacimiento.
A partir de entonces fue yendo a varios talleres, donde conoció a Maxime Kumin con quien entabló una fuerte amistad cosa que le ayudó a seguir adelante. También conoció a Silvia Plath cuya muerte y poesía influyeron en Anne.

“Y yo,
yo también.
Y ahora Sylvia,
tú otra vez,
con la muerte otra vez,
aquella vuelta a casa
con nuestro chico”…


A pesar de su matrimonio con Kayo tuvo varios amantes, entre ellos el poeta James Wright o algunos de sus psiquiatras. En un momento dado se quedó embarazada y al no saber con certeza quien era el padre decidió abortar, hecho que le llevó a un declive emocional.
No todo fue malo en la vida de Anne. Le ofrecieron varias becas para estudiar y viajar, y ganó algunos premios, entre ellos el Premio Shelley memorial de la Poetry Society of America y luego el premio Pulitzer al mejor libro publicado en 1966 por Vive o muere. A pesar de ello y pareciendo que sus escritos la salvasen de las sombras que gobernaban su vida, Anne escribe en su último poema:

“Llevo puesta una máscara para escribir mis últimas
palabras
…las colocaré
en la nevera guardada para el vodka y los tomates,
y quizás perduren”.


El viernes 4 de octubre de 1974 Anne volvió a su casa, se sirvió un vaso de vodka, se puso el abrigo de piel de su madre y se metió en el garaje. Entró en el coche con el vaso, cerró la puerta, encendió el coche y puso la radio.
Contrariada por la vida decidió a la muerte, pero la vida siempre perdurará en uno de sus mejores poemas de “Vive o muere”. Pongo algunos trozos:

VIVE:
Vive o muere, pero no lo envenenes todo…

Bueno, la muerte ha estado aquí
durante mucho tiempo –
tiene muchísimo que ver,
endiabladamente, con el infierno
y la sospecha del ojo
y los objetos religiosos
y cómo los lloré
cuando fueron hechos obscenos
Por el garabato de mi corazón de enana.
(…)
Aquí,
desde el principio,
pensando que era una asesina,
ungiéndome a diario
con mis queridos venenos.
Pero no.
Soy una emperatriz.
Mi máquina de escribir escribe.
No se rompió como había avisado.
Incluso loca, soy tan agradable
como una barra de chocolate.
(…)
Digo Vive, Vive por el sol,
el sueño, el regalo excitante.

sábado, 24 de abril de 2010

Ciudad de cristal

Hoy he inventado un nuevo lenguaje.

He dedicado toda la mañana
a destrozar. Destrozar
los objetos
pequeños y grandes
a cambiarles su forma
y les he puesto nuevos nombres

he hecho un agujero en la pared. La pared
ya no es pared
ahora se llama de otra forma
"pared-con-agujero"
pero no "pared"

he arrugado un folio
hasta formar una bola. Una bola
para que el folio
dejase de serlo
para ser así "bola-de-folio"

no solo destrozos
o cambios de forma
también he hecho de un objeto
dos objetos. Objetos
para darles vida en una palabra

"almohada-muñeco"
"calcetín-zapatilla"
"cuchara-mano"...

y así todo el día
jugando a la creación
jugando a ser Dios.

martes, 20 de abril de 2010

Punto de libro

Entre las páginas de un libro leo y me sorprendo al ver mi idea reflejada entre las líneas. Esta idea que una vez fue mía ha dejado de serlo porque está escrita y publicada. Quizá la forma de esa idea varía de mí a estas páginas pero en esencia son la misma cosa.

¿Qué es un espejo? No existe uno solo por culpa de su infinitud. La plenitud del espejo son las cosas reales, somos tú, yo, el mundo y las demás cosas. Por lo tanto ¿qué es un espejo? un material hecho de cosas naturales que sin ellas, no podríamos imaginarlo porque no existiría. El espejo sin reflejo. Podrías pensar que el espejo se define en el reflejo pero el espejo vacío es realmente el espejo vivo. Es aquel que, al ser puro en sí mismo, no refleja nada. Has de ser muy cauto y delicado para poder ver su viveza. Es casi imposible poder verlo. Como una escena en blanco en negro. Como todas aquellas cosas que hemos dejado de imaginar porque las creemos demasiado complicadas.


*basado en Los espejos C.L.

jueves, 15 de abril de 2010

Su mejor momento del día

A él le gusta todo esto. Escuchar la voz de una mujer con poder cantando bajo estos días grises. Ver las nubes que taponan el azul del cielo, que no es azul del todo porque se ha vuelto grisáceo. Le gusta, en estos días, la tristeza, regocijarse en ella, envolverse en ella, perderse en ella. Piensa en todo lo que no tiene con fuerza y de lo que tiene en lo le gustaría desechar. Lee y se fija en las palabras que no dicen nada. Lee y ha leído demasiados autores estropeados. Sus discos cantan canciones de autores con voz profunda.
Es consciente de la injusticia: robar esta sensación sin causa a aquellos que más la necesitan.
No hay remedio en estos días en los que surge este masoquismo gris, pétreo y asustadizo.

domingo, 11 de abril de 2010

Asesinato retrospectivo

Y te mato.
Disparo.
Apunto con la pistola.
Imagino tu pecho.
Bonita espalda.
Me paro y tú sigues.
Dejo mi mano caer.
No me miras.
Me coges de la mano.
Caminamos sin un rumbo fijo.
Nos levantamos de la mesa.
No puedo mirarte.
Inactivo mis sentidos.
Palabras vacías.
Escupes sonidos.
Ya lo sé.
Me lo cuentas.
Llegas.
Me siento en la mesa mientras te espero.
Estoy nerviosa.
Lo siento...