No me queda ya nada más
que una mano temblorosa en la maleta
ajada de miles historias
que ya no reconozco...
Vuelvo a partir.
A sentir la inseguridad
de los días venideros
con nada en los bolsillos
rotos de tanto recordar
Y tanto perderme en olores...
como sal en el agua
¿Y qué gano?
Apilotonados montones
de idas, venidas, avenidas,
de nuevos comienzos,
de nuevos amigos y amantes
en habitaciones cutres de hotel...
Vuelvo otra vez a partir.
Sin querer lo advierto
como instinto personal,
sin las viejas costumbres
de todo origen vulgar.
Volver. Volver. Venir...
¿cuándo venir,
volver a la olor salada
oriunda de Barcelona?
Esos textos y esas poesías desvelan un mundo interior increíble, además de suscitar emociones dispares. Vale la pena seguirlos de cerca.
ResponderEliminarPor cierto, esta me encanta especialmente.