Está en la ventana. Si la miráis parece la típica imagen
poética o la típica imagen absurda de alguien que piensa mientras ve caer las
gotas de lluvia. Tiene la cabeza embotellada de la noche anterior y el tiempo -no el que corre y se detiene- se asemeja a su estado de ánimo: gris,
lluvioso y denso haciendo de él una compañía inefable.
Sería un domingo cualquiera si no fuera por las preguntas
sin responder que la acompañan, por la incertidumbre de no saber donde está. Gota
tras gota, no sabe por qué sus interrogantes tienden hacia el
descenso.
Ecos de una llamada telefónica sin respuesta resonándole en
la cabeza…
Gotas y una voz que no se oye.
Ser agnòstic amb la prepotència dels que creuen en Déu.
ResponderEliminarO ser agnòstic amb la prepotència de creure’s Déu.
No sé que té a veure això que acabo d'escriure, però ha sortit així.