El poder en su intensidad destruye. El poder desmitifica la realidad, haciéndola pedazos.
De manera similar, el poder de la palabra contrae almas haciéndolas sentir, pensar y dudar hasta el punto culminante de la locura, poco a poco.
La palabra en sí, en su soledad, ataca, devora y desgarra por dentro. Seca y tajante, aislada y pobre reclama la atención de aquellos de mirada vacía e imperceptible.
Las palabras escritas, en su conjunto, son la mera expresión de los sentidos llevados al cerebro, produciendo las llamadas sensaciones. Y su amplio público sonríe pero pocos de ellos son merecedores de tales entonaciones pausibles y maravillas agitantes.
La literatura es la impureza de las superficies blancas que nos miran desde abajo, deseando ser tocadas por primera y última vez.
Y después de la indecisión empiezo mi blog.
me encanta! :)
ResponderEliminarte sigo de cerca ;)
ResponderEliminarComo dijo Galeano las dudas conducen a la locura, así que enhorabuena por tu decisión de abrir este blog.
ResponderEliminarLas palabras son tan poderosas que el poder se empeña en controlarlas, en dominarlas, en darles forma a su imagen y semejanza, trata de quitárselas a la gente para que la única explicación posible sea la explicación del poder.
Por eso aplaudo tus ganas de no dejarles las armas al enemigo, de hacer tuyas las palabras y de,por lo tanto, tener el poder de explicar tu vida con tus propias palabras.
Y todo es paradójico, así que dale duro.