domingo, 20 de marzo de 2011

De: "Libro de Barro"



Si esta línea viajara al infinito y se dilatara hasta convertirse en puro aire.

Si pudiera encontrar la puerta más estrecha. Un esquince, un guiño y reptar nuevamente sobre la arena. Súbita simiente, pez rey de la pezuña incipiente, cristalina, sin uñas, sin dientes, sin útero ni testículo. Sin agujero donde incubar memorias de la especie. Transparente tabernáculo abuelo de la entraña donde dormita el ojo ciego de ser.

Ángel novísimo, incapaz de cerrar los ojos que la velocidad ha desvelado. Cabellos al viento, aureola de vértigo. Manos-hélices-alas, y la bajada al légamo de una playa original y virgen.

blanca varela.

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