miércoles, 5 de enero de 2011


Se oyen primero como un chirrido agudo, luego resuenan y hacen vibrar el suelo. Parecen cerca, luego lejos; rápidos y veloces como un remolino o lentos, pesados, cabreados de tanto pesar que se quedan exhaustos de un plumazo... La vida dicen, la vida y más pedazos de lo mismo que no es nada así que a andar con ellos. Eso es la vida. Y caminar puestos de orgullo o decepción pero finalmente ¿qué queda? pues eso: andar, seguir progresando con este resueno que no percibimos, que obviamos y que, a pesar de ello, nos acompaña siempre siempre hasta que nos detenemos. Es en este momento, cuando ya no queda eco prolongado sino silencio. Ratos detenidos e inmutables. Porque no me creo yo que avancemos en el tiempo mientras estamos quietos ¿para qué? sería obtener un punto menos por ausencia de justificación.
Seria algo así como no tener vida o, lo que es lo mismo, ocultarse en el no-intento.

1 comentario:

  1. Quin millor conseller que el silenci?
    Restar immòbils, com perplexes.
    Què millor per avançar que el no-ser, el no-saber? Ho saps o continuo explorant en el misteri de la vida? Per què, és un problema la vida?

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