miércoles, 18 de mayo de 2011

Yo no, OTRO


Hoy no va ser mi voz la que hable. Si no la de otro, la de mi amigo David. Le paso el relevo en este espacio para dejar mi egocentrismo poético a un lado. También para poder mostrar otra voz con otros "lemas", de los que me distancio (en cierta medida) o de los que no soy capaz de hablar (también en cierta medida).

El poema de a continuación tiene una historia que desconozco pero de lo que estoy segura es de que los siguientes versos aguardan una pasión, la que vendrá al finalizar su lectura, la misma de la que me habla en los bares a través de su chica del chocolate.

Os recordará, con ternura, a algunos poetas románticos. Ahí va:



Cambio Climático

Lo lindo es saber que uno puede
cantar pío-pío en las más raras ciscunstancias.
Juan Gelman


El acto de amor último
Es el beso y la caricia
De cuando uno de los dos
Anda saliéndose de la cama

Así es que los sudores
Quedan secos en la piel y,
Bajo o sobre las sábanas
(Según haya ido),
Hay todo un microclima
De cacuys y otros pajaritos exóticos
Bosques tropicales y aires
Calientes y húmedos
Que nos abrigan la desnudez
Como indígenas sin taparrabos
Ni cubrecoños

Pero la civilización está al otro lado,
En el polo norte, detrás de la luz
Apuñalada de las persianas

Y yo tengo que irme a trabajar la mar
En trineo o quizás caminando
Kilómetros por la nieve
Y tú tienes que ir a clases de moler
Trigo en el hielo donde te enseñan
Esas fórmulas rarísimas que usas
Para crear el pan
Que comen
Nuestras
Bocas

Aún no sé cómo

Entonces uno de los dos
Debe levantarse de la cama,
Abrir el armario de Ikea,
Ponerse la ropa del Zara,
Y saltar de la jungla
A la blanca estepa

Por suerte aún nos queda
Ese beso y el talento
De provocar cada noche
El cambio climático

D.N.L.

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