viernes, 16 de octubre de 2009

Canto a la paranoia:

Tu y yo cogidas de la mano, tropezándonos por caminos de espinas sin rosas. La perfección nos abandonó hace tiempo.

Te he visto cuando le has guiñado el ojo a la locura, desde abajo. Pero ahora seguimos andando sin detenernos. Empujándome, odiándote, sonriéndome...

Por el camino desafinan los pájaros, los torrentes del río caen con la fuerza de mil piedras mientras los árboles nos miran amenazantes. Como aquellos árboles que intimidan al personaje animado que escoje siempre el camino erróneo, oscuro y sin vuelta atrás. No. Nosotras no nos hemos equivocado. Me tienes prisionera y yo miro hacia otro lado.

Como cuando llevas a cuestas la pérdida...nada. Callo. Me quedo sumisa mientras escribes mis pensamientos con una máquina de escribir invisible y negra.

Déjame. Ya no te quiero. Vete.

Un, dos, tres, respira...

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