entender que el devenir
se escurre por las yemas
de los dedos...
la razón súbita nos deja.
aprendemos del proceso
mientras la fatalidad sonríe...
alzar las armas
contra el enemigo
o hacer cosquillas con plumas
a un niño indefenso...
la verdad escupe fuego
y nos quema
dejando un olor a azufre
infecto apestado maloliente...
¿y esto?
no se como describir las cosas
cuando escasean en su sentido...
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