viernes, 18 de diciembre de 2009

Indiferencia

Ha brotado este odio como un vívido amor,
sufriendo, y se contempla anhelante.
Pide un rostro y una carne, como si un amor fuese.

Han muerto la carne del mundo y las voces
que sonaban, un temblor se ha apropiado de todo;
la vida toda está suspendida de una voz.
Bajo un éxtasis amargo transcurren los días
en la triste caricia de la voz que regresa
empalideciendo nuestro rostro. No sin dulzura,
esta voz al recuerdo le resuena despiadada
y temblorosa: tembló una vez por nosotros.

Pero la carne no tiembla. Sólo un amor
incendiarla podría y este odio la busca.
Todas las cosas y la carne del mundo
y las voces no valen la caricia inflamada
de aquel cuerpo y aquellos ojos. En el amargo éxtasis
que se destruye a sí mismo, este odio reencuentra
una mirada cada día, una rota palabra,
y las aferra, insaciable, como si un amor fuese.

(C.Pavese)

2 comentarios:

  1. Pavese podría sustituir él solito a cualquiera de nuestras cabezas, incluidas la tuya y la mia juntas. En cambio, a mi se me acumula el trabajo o me bulle demasiado la sangre o qué se yo, asi que abrí otro blog para vomitar opiniones más personales. A ver que te parece, me gustaría tu opinión, destructiva si puede ser.
    http://serpielroja.blogspot.com/

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